domingo, 29 de marzo de 2009

Deseo...

Dicen que si deseas algo muy intensamente, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirlo. Pero tienes que tener muy claro lo que deseas, y ese es el problema. ¿Cómo se puede estar seguro al 100% de lo que se quiere? Yo sé lo que quiero, sé qué me gustaría conseguir y lo deseo con fuerza. Pero posiblemente no con la suficiente. Y no lo digo sólo porque a mi el universo no me ha echado una mano en ese aspecto, sino porque cuando me paro a pensarlo, muchas veces veo más cosas malas que buenas.
¿Debería arriesgarme y lanzarme al vacío? ¿Olvidar todo eso que puedo perder si me la juego y seguir adelante? Algo no cuadrará en mi deseo si realmente ni yo misma creo que sea lo que más me beneficia.
Uno debe de creer en su futuro. Deberíamos tener confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad para tomar decisiones y en la fuerza con la que las llevamos a cabo. Pero muchas veces pesa más el miedo. Miedo a lo que pueda pasar. Miedo al rechazo, a equivocarnos, a dejar de ser nosotros mismos. Pero sobre todo miedo a que nuestras elecciones nos hagan vivir en la mentira, a que nos fuercen a seguir con ellas a pesar de que sepamos que no somos felices con tal de no reconocer que nos hemos equivocado.
Si fuese capaz de dejar a un lado el miedo, las dudas y el orgullo, estoy segura que mis deseos serían tan fuertes que se cumplirían.
Pero ni siquiera estoy segura de querer que eso pase…

lunes, 23 de marzo de 2009

Imposibles

Hay dos cosas imposibles de realizar: forzarte a querer a alguien, y evitar hacerlo. He intentado las dos, y he fracasado con ambas.

La primera es frustrante. Conoces a la persona idónea para ti, sabes que es perfecta, sabes que es bueno, amable, que sólo te hace reír y que te entiende mejor de lo que te entiendes tu misma. Te gusta pasar tiempo con él a solas, tener bromas privadas, cosas vuestras, y sin embargo… sin embargo no puedes sentir nada más allá de una profunda admiración y amistad hacia él. Y odias la situación, porque no es justo. Y te odias a ti misma, porque sientes que no tienes derecho a quejarte si te van mal las cosas, ya que podrías ser más feliz si te esforzaras un poco mas. Si le quisieras un poco más… pero eso nunca ocurre. Y duele.

Aunque, si hay algo que duele, es evitar querer a alguien. Llevo intentando hacerlo mucho tiempo. Quizás demasiado. Mi conciencia, esa figurilla pequeña y con rizos que merodea a mí alrededor, me repite la verdad cada día y yo la callo, la ignoro, miro para otro lado, porque aceptarlo sería vivir en una tortura diaria de miradas perdidas y suspiros que no van a ninguna parte.
Pero desde hace unas semanas no se que me pasa. No se que cojones me pasa que no puedo evitar mirarle. Que me encanta verle sonreír y que se me pone cara de idiota cuando me habla. Y lo peor es que lo noto, y no puedo controlarlo. Se me escapa de las manos y no puedo evitarlo.

Por favor, si alguien conoce un remedio, que me lo diga, porque no puedo soportar más el dolor de mi corazón.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Estoy aqui

Quise acostumbrarte a mí. Poco a poco te forcé a mis caricias, mis roces y mis arrumacos. Cada día te daba más besos, te agarraba de forma casual y me acurrucaba a ti sentándome lo más cerca posible cuando tenía ocasión. Intenté renovar mi imagen en tu cabeza, haciéndome más cercana, una chica, sin más. Pero no funcionó. Porque sigues mirándome pero no me ves. Y, aunque cada minuto que pasa es frustrante y desesperante, también es tan reconfortante y placentero que hace que merezca la pena cada esfuerzo inútil.

domingo, 15 de marzo de 2009

Nada que perder

Y, cuando no tienes nada que perder, ¿por qué tener miedo a decir lo que piensas?
¿Cómo afrontar los retos, si el resultado no importa?
¿Por qué seguir fingiendo, si las apariencias dan igual?
Cuando no tienes nada que perder ya no hay miedos, sólo silencio; no hay retos, sino oportunidades; no hay un mal camino, no hay una respuesta incorrecta, porque, hagamos lo que hagamos, ya hemos tocado fondo. Ahora sólo nos queda subir.

Si, es cierto, podemos olvidarnos del mundo y tirar todo por la borda. Pero no podemos perder la esperanza y la fe en nosotros mismos. Porque lo mejor de no tener nada que perder es que tienes todo por ganar.

lunes, 9 de marzo de 2009

Hoy

-Me amaste, me odiaste, me engañaste. Te quise y tú quisiste dejarme. No tienes derecho a volver. No puedes regresar y pensar que todo vuelve a ser igual, que cerrare los ojos y el dolor habrá desaparecido. Te fuiste, hiciste tu elección. Y no me escogiste. No digo que hicieras la opción incorrecta, pero no te puedes volver atrás. Ya no. Sufrí. Grité. Lloré. Me desgarre la garganta suplicándole al viento que te trajera. Tuve que aprender a vivir sin ti, sin corazón, sin recuerdos, sin sonrisas, con la única esperanza de que cada día fuera el último. Estaba convencida de que no podría vivir sin ti. Pero si que pude. Salí adelante. Recompuse mi corazón. Empecé a recordar sin sufrir. El mañana dejó de ser un castigo. Y, finalmente, volví a sonreír. ¿Quieres hacer algo por mí? ¿Quieres hacerme feliz? Entonces lárgate para que pueda acabar de olvidarte. Necesito no verte para conseguir que desaparezca de mi memoria el brillo de tus ojos, el tacto de tu pelo y el sonido de tu voz. Ayúdame a borrar tu mal humor matutino, tus llamadas sorpresa y tus cenas quemadas. Necesito olvidar tu olor, olvidar tus besos, tus caricias, tu sonrisa… porque si no te vas para que yo olvide me convertiré en un ser atrapado en el pasado, que vive sola con sus recuerdos y que tiene miedo a avanzar porque sabe que, para ella, no hay futuro. Necesito que te vayas…

Él la miró. Como hacía años que no la miraba. Como hacía años que no miraba a nadie: con todo el dolor y el amor de su corazón. Y ella, que no era más que una mujer enamorada, sólo pudo añadir:

-Aunque, por otro lado…

Y se abrazaron. Se perdieron entre los besos y la piel del otro. Sintiéndose como siempre. Como nunca. El pasado era triste, y el futuro incierto. Pero el presente… el presente era sólo suyo.

sábado, 7 de marzo de 2009

Pequeños placeres

"Cuando eras pequeño y te preparabas esos vasos de leche con Cola Cao, al llegar al final siempre queda chocolate al fondo, ¿te acuerdas? Me encantaba rebañarlo con la cuchara, saborear hasta la última gota. Te da una sensación de felicidad, de esa que sólo te dan los pequeños placeres. Te hacía sentir lleno y pleno.
Eso es lo que siento cuando ella sonrie."

viernes, 6 de marzo de 2009

Perspectivas

Se acercó al enorme ventanal que iluminaba la habitación. Adoraba las vistas que ofrecían los pisos altos, le gustaba mirar por al ventana y perderse en el vaivén de la ciudad, pensando en todas esas personas, diminutas como hormigas, que no la conocian, ni a ella ni a sus problemas ni preocupaciones. Y asi divagaba, daba vueltas a su complicada vida y a lo que le depararía el futuro, con la mirada perdida entre la gente.
Pero esa noche no. Esa noche era solo una chica asomada a una ventana. Sin preocupaciones. Sin problemas.
Esa noche era perfecta, y eso seguro que tempoco lo tenian todas esa hormiguitas de ahi abajo.
"Quedaos con vuestra felicidad,con vuestras risas y vuestras fiestas callejeras" dijo en un susurro, "que yo me vuelvo a la cama con mis sueños."