domingo, 29 de marzo de 2009

Deseo...

Dicen que si deseas algo muy intensamente, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirlo. Pero tienes que tener muy claro lo que deseas, y ese es el problema. ¿Cómo se puede estar seguro al 100% de lo que se quiere? Yo sé lo que quiero, sé qué me gustaría conseguir y lo deseo con fuerza. Pero posiblemente no con la suficiente. Y no lo digo sólo porque a mi el universo no me ha echado una mano en ese aspecto, sino porque cuando me paro a pensarlo, muchas veces veo más cosas malas que buenas.
¿Debería arriesgarme y lanzarme al vacío? ¿Olvidar todo eso que puedo perder si me la juego y seguir adelante? Algo no cuadrará en mi deseo si realmente ni yo misma creo que sea lo que más me beneficia.
Uno debe de creer en su futuro. Deberíamos tener confianza en nosotros mismos, en nuestra capacidad para tomar decisiones y en la fuerza con la que las llevamos a cabo. Pero muchas veces pesa más el miedo. Miedo a lo que pueda pasar. Miedo al rechazo, a equivocarnos, a dejar de ser nosotros mismos. Pero sobre todo miedo a que nuestras elecciones nos hagan vivir en la mentira, a que nos fuercen a seguir con ellas a pesar de que sepamos que no somos felices con tal de no reconocer que nos hemos equivocado.
Si fuese capaz de dejar a un lado el miedo, las dudas y el orgullo, estoy segura que mis deseos serían tan fuertes que se cumplirían.
Pero ni siquiera estoy segura de querer que eso pase…

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