lunes, 20 de abril de 2009

Oidos sordos

-No sabes lo que me pasó el sábado.
Le miró, cansada de tantas historias. Oía cada mañana lo que tocaba, lo que él contara, con tal de escuchar su voz y de poder tener una excusa para mirarle durante un buen rato. Pero, en realidad, nada de lo que le contaba le interesaba lo más mínimo.
-Pues no. Ni se lo que te pasó ni me importa.
-¿perdona?
-Estoy harta. De pasarme los días escuchándote, de prestarte mis oídos y mi atención para oír absurdas batallitas de viernes por la noche. Estoy cansada de tus fantasmadas y de tus historias de faldas en las que siempre eres el más listo de la película. Pero sobre todo estoy cansada de que, haga lo que haga, ni me mires ni me escuches ni me prestes atención. ¿Qué sabes de mí? ¿Sabes lo que he hecho los últimos cuatro fines de semana? ¿Los últimos cuatro días? ¿Sabes lo que siento, si me pasa algo, o cuándo fue la última vez que tuve un mal día? No. No lo sabes. Tú no sabes nada porque nunca me escuchas, porque para ti sólo estás tú, tu vida y tus cosas. Pues búscate a otra idiota que te dore la píldora, porque yo renuncio a seguir dando sin recibir nada más que indiferencia.

-¡Claudia! ¿En que piensas?
-En que… bueno…
-Tía, en serio, no sabes lo que me ha pasado este fin de semana…

Habría sido bonito, por una vez, decir lo que sentía y haberle hecho ver que no era de cartón piedra ni estaba allí para escucharle.
Pero aquella mañana tampoco fue capaz de hacerlo.

1 comentario:

aidanone* dijo...

no había leído esta historia

creo que me he sentido igual de cobarde muchas veces

me gusta ^^